República Checa
país de Europa
La República Checa (en checo, Česká republika Acerca de este sonido ˈt͡ʃɛskaː ˈrɛpuˌblɪka), también denominada abreviadamente Chequia (Česko [ˈt͡ʃɛsko]), es un país soberano de Europa Central sin litoral. Limita con Alemania al oeste, con Austria al sur, con Eslovaquia al este y con Polonia al norte. Su capital y mayor ciudad es Praga. La República Checa tiene territorios de lo que antaño fueron Moravia y Bohemia y una pequeña parte de Silesia.
El Estado checo, antes conocido como Bohemia, se formó en el siglo ix como un pequeño ducado en torno a Praga en el seno del entonces poderoso Imperio de Gran Moravia. Tras la disolución de este imperio en 907, el centro de poder pasó de Moravia a Bohemia bajo la dinastía Premislidas y desde 1002 el ducado fue formalmente reconocido como parte del Sacro Imperio Romano Germánico. En 1212 el ducado alcanzó la categoría de reino y durante el gobierno de los reyes y duques Premislidas y sus sucesores, los Luxemburgo, el país alcanzó su mayor extensión territorial en los siglos xiii y xiv. Durante las guerras husitas el reino tuvo que sufrir embargos económicos y la llegada de caballeros cruzados de toda Europa.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Rep%C3%BAblica_Checa
Praga
capital de la República Checa
Praga (en checo, Praha Acerca de este sonido ˈpraɦa) es la capital de la República Checa y de la región de Bohemia. Situada a orillas del río Moldava, tiene aproximadamente 1,2 millones de habitantes, lo que la convierte en la ciudad más poblada del país y la séptima de Europa Central. El área metropolitana de Praga cuenta con una población de 1,9 millones de habitantes. Su belleza y patrimonio histórico la convierten en una de las veinte ciudades más visitadas del mundo.
Se ha desarrollado desde el siglo ix, convirtiéndose en una de las capitales más importantes de Europa en los siglos xviii y xix. Antigua capital del Reino de Bohemia y de Checoslovaquia, en el siglo xx sufrió las dos guerras mundiales y la dictadura nazi. Tras la segunda guerra, quedó dentro de la esfera de influencia soviética. Tras la Revolución de terciopelo y la caída del Muro de Berlín la ciudad se ha ido adaptando a la economía de mercado. Praga, cuyo casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1992, es considerada una ciudad global de «clase Beta+», a la altura de Roma, Atenas o Berlín.